Me llamo Luisa, tengo 34 años. Lo que os voy a contar es uno de mis secretos mejor guardados. Tengo novio desde hace 7 años y mi novio comenzó a trabajar en una empresa que obviamente no nombraré, lo que le hacía pasar mucho tiempo fuera de casa, pues vivíamos juntos.
Le quiero con locura y es el amor de mi vida. En sus largos periodos de tiempo de trabajo y dado que podemos hacer uso de las nuevas tecnologías, hablábamos para ahorrar en teléfono a través del video chat, yo con mi ordenador desde casa y él con su querido portátil, que siempre lleva a cuestas.
Poco a poco le fui cogiendo la marcha a esto de la informática y pude ver como había páginas donde se anunciaban contactos para quedar, amistad e incluso sexo. Aunque con pareja estable, he de reconocer que soy una persona muy morbosa y que de mis sueños eróticos casi todos los he cumplido. Es por esto que cada día me conectaba a páginas de estos contactos, y leía todos y cada uno de los anuncios que el personal ponía.
Como ya os he contado mi morbo iba en aumento, hasta que un día con el calentón que llevaba me puse en contacto con un tipo, que me gustó como se describía en su anuncio.
Estaba a cien km de donde yo vivía, ni lejos ni cerca. Era perfecto había quedado con un chico casi a ciegas, me atraía el deseo de descubrir algo nuevo, algo arriesgado, y con alguien que solo quería sexo. Cuando llegué al bar en el que habíamos quedado, quedé sorprendida, el llevaba unas botas tal como había dicho, parecían de piel de cocodrilo, era él.
Como me pareció atractivo me dirigí a José que es como se llama y le di un beso de presentación casi en la comisura de la boca. El sonriendo me dijo que no se esperaba que fuera tan guapa, y que tuviera unas tetas tan apetecibles. Con sus comentarios me iba encendiendo cada vez más, hasta que me dijo de irnos, yo le seguí.
Me preguntó por mi coche y yo le dije que no tenía, tenía que evitar dar pistas. Monté en su coche y nos trasladamos a un hotel a las afueras de Málaga. Tomamos una habitación y nada más cerrar la puerta comenzó a besarme y sin quitarme el vestido comenzó a masajearme el coño. Mis labios estaban calientes, parece que me iban a estallar de deseo, y mi coño chorreaba de gusto. Era un gusto como nunca hubiera imaginado.
Estuvimos así durante un rato, yo me deshacía entre sus brazos y sus caricias, hasta que con una autoridad pasmosa y sacándose la polla me hizo arrodillar ordenándome que se la chupara hasta correrse. Era una situación violenta y a la vez llena de pasión, cada vez estaba más mojada y la moqueta de la habitación había comenzado a tener pequeñas gotas.
José se corrió en mi boca y en mi cara. Me levantó y comenzó a pasar su lengua por mi cara, arrastrando su semen hacia mi boca, me susurraba…….”traga, trágatelo todo”. Cuando él quiso me quitó el vestido y se quitó toda la ropa, estábamos totalmente desnudos. Hizo que me inclinara sobre la cama y me abrió el culo, poco a poco y con su saliva introdujo su polla en mi culo y comenzó a moverse bruscamente, pensé que me iba a romper, pero no, comencé a sentir una mezcla de dolor placer que nunca había sentido.
Estuvimos todo un día follando como locos, hice lo que con mi novio no me hubiera atrevido ni a proponérselo. A la vuelta a casa me estaba esperando Juan mi novio que acababa de llegar de su viaje, yo estaba como si hubiese rejuvenecido 10 años, y él estaba contento por verme alegre, así que hoy por hoy y cuando mi novio se ausenta durante días, yo me lo monto con mis contactos a través de internet. Soy muy feliz.
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